domingo, 3 de agosto de 2014

016~ Vacaciones. Segunda parte. SUMMER-CON 2014

La Summer-Con es una convención de anime anual que se celebra cada julio, prácticamente la única existente en la isla en la que vivo. Por lo tanto, espero su llegada con ansias cada año. En esta ocasión, mis exceptivas e ilusiones eran mayores, pues no iría sola, sino que algunos compañeros del instituto también asistirían. Además, después de años fantaseando con hacer un cosplay decente, las ganas reprimidas dieron fruto a mi transformación en Shion (No.6). Por lo que, en resumen, mi motivación era elevada.

Sin duda, el primer día fue uno de los que más disfruté, ya que apenas al situarme en la cola existente desde muy temprano para comprar las entradas, recibí miradas y algún reconocimiento. Lo que me sorprendió fue que un chico bastante bonito de rasgos femeninos y actitud alegre a quien yo había mirado otros años viniese y se arrodillase, alabando a mi personaje. Me abrazó, y esto se repitió los días siguientes. Desgraciadamente mi timidez solo me permitió sonreír, embobada y sonrojada. Me emocioné.


Al poner un pie dentro del lugar, muchas personas pidieron sacarse fotografías junto a mí. Aquella proposición resultaba extraña y halagadora. Me sentí especial, incluso aquella vez en la que vestí ropa visual kei. Aunque siempre posaba de la misma manera como novata poco fotogénica que soy. Así que sin demora, divisé cosplayers que me gustaran y pedí más fotografías. Tengo una con un famoso Youtuber, Loulogio, y otra con un supuesto Jesús(?)

De ese modo,  conocí a personitas geniales, como las chicas que iban de Grell y Levi. Junto a mi hermana. Y perdiendo de vista a mis compañeros de clase, continué paseando por el lugar con la autoestima milagrosamente alta, al igual que la adrenalina y la temperatura, mas yo vistiendo una camisa de botones, un abrigo y una chaqueta, soporté el sol veraniego.  Y como si el cosplay tuviese poderes mágicos que concediesen seguridad en tu persona, acepté cantar el opening de Junjou Romantica junto a otras fujoshis (incluso tengo un vídeo de esto). Aprecio la amabilidad de las personas que van a ese sitio y facilidad que hay en relacionarse con ellas, pues hasta una problemática en la interacción humana puede hablar, reír y bromear naturalmente como si esos completos extraños de gustos comunes se tratasen de cercanos  conocidos de toda la vida. Me abrí a ellos con tanta sencillez que me asusté al asimilar estar sobre un escenario, gritando con una sonrisa abierta en el rostro rodeada de personas con un público relativamente grande. Para mí supuso una superación personal a gran escala. Fue tan divertido que deseé que aquello ocurriese siempre.








Dentro de esa burbujita ideal, en mi mundo imaginario poco duradero, continué socializando, a veces torpemente, como en el caso del cara a cara con seguidores de Twitter, al no poder reconocerlo y recibir un comentario de “esperaba algo más adorable”, seguido de una disculpa por mi parte. Porque al fin y al cabo sigo siendo antisocial. Quería caer bien, y pensaba en temas interesantes, hasta que me di cuenta de que actuar como me sugiriese mi ser era definitivamente lo mejor. También entablé conversaciones con Meru, quien estudia en la universidad de arte vecina a mi escuela, y sus simpáticos amigos.  Además me reencontré algunos antiguos compañeros del colegio, quienes quedaron impactados por mi cambio, aportando más confianza en mí misma.



Hubieron diminutos problemas; el binder o cubre-pecho, innecesario en mí, atentaba con bajarse constantemente, y a pesar de colocarle tiras, estas se descosían; comíamos botes de ramen comprados en la tienda de alimentación China, y pedía que los llenasen de agua hirviendo, dejando atrás la vergüenza. En una ocasión, el liquido hirviendo me cayó encima mientras sujetaba en envase con torpeza. Por otro lado, llevar las lentillas demasiadas horas secaban ligeramente mis ojos. El examen de inglés oral supuso la pérdida de una mañana en ese sitio. Pero la peor parte fue sin duda enfermar de gripe, incapaz de dormir en las noches a causa de la incomodidad nasal. Afortunadamente, el malestar desaparecía en el tiempo que pasaba en  el recinto.
Compré estampas y chapas, hasta el punto de triplicar el peso de mi preciada mochila y cubrir mi guitarra de pegatinas exageradamente random. Fui feliz al conseguí una barata camiseta de Free! Desgraciadamente mi presupuesto no era compatible con los precios de lo que se vendía.



El último día vino mi Nezumi, la personita que vino a Tenerife de vacaciones, junto a las pequeñas ratitas de peluche, y completé este bonito sueño de representar uno de los anime que más me ha llegado junto a alguien importante. Pero de esto hablaré más en la siguiente entrada.



La realidad me golpeó dulcemente al recapacitar sobre el fin de esos momentos de suma alegría y olvido de lo que existía puertas afuera. Esperé de nuevo, planearé cosas nuevas, y aprenderé a mantener la actitud positiva en el día a día con mayor frecuencia.

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